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Entre Rios, Ni las encuestas oficiales de precios ni las privadas reflejan la realidad de las góndolas
25 May, 2008, 11:28 pm
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Según un estudio dado a conocer días atrás por la consultora Equis, que dirige el sociólogo Artemio López, la canasta básica de alimentos acumula, desde julio del año pasado, un incremento de 21,15% con una proyección anual acumulada en torno al 25,4%. Sin embargo para el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), la canasta básica aumentó sólo un 6,5% con una proyección anual del 8%.

Ni las encuestas de precios oficiales ni las privadas reflejan la realidad de las góndolas entrerrianas que, según el testimonio de comerciantes minoristas del rubro alimentos la suba promedio es de más de 50%, con disparidades en algunos productos que experimentaron incrementos de hasta tres dígitos.
Desde la oficina de Defensa del Consumidor de la Municipalidad de Paraná se hizo mención al descontrol que experimentan los precios, en un estudio realizado en forma conjunta con la Universidad Autónoma de Entre Ríos, en el que se dio cuenta de diferencias promedios de hasta un 150% en un mismo producto adquirido en diferentes zonas de la ciudad.
En este marco, los consumidores están desorientados y se repliegan, comprando cada vez menos o eligiendo segundas marcas, cuando las consiguen, ya que el desabastecimiento está presente en el mercado y no es el conflicto del campo su principal causa.

“La mercadería comenzó a faltar en enero de este año, después de que el Gobierno Nacional firmó los acuerdos con Coto, Wal Mart y Molinos Río de la Plata. El conflicto del campo no tiene nada que ver con esto, ya que vino después”, señaló a RN Antonio Bluotto, vicepresidente del Centro de Almaceneros de Paraná quien aseguró que están entregando mercaderías a “cuenta gotas” y con aumentos que no dejan posibilidad al comerciante minorista de un margen de ganancia, sin resentir el bolsillo del consumidor.

En ese sentido explicó que los productos que más se encarecieron fueron el aceite, el arroz y la harina y los fideos, justamente los que más consume la población de bajos ingresos. “Esta semana me entregaron sólo dos cajas de aceite. La botella de litro y medio que estaba a menos de 5 pesos de costo meses atrás, llegó a casi 11 (110% más). Si le agrego el costo y la ganancia a cuánto la tengo que vender”, preguntó.

Otro producto que comenzó a escasear es el arroz. “Antes el kilo de arroz cuatro ceros –de calidad media– estaba a 80 centavos o 1 peso ahora está a 2,70 o 2,80 pesos mientras que uno de primera calidad se consigue a más de 4 pesos. Lo mismo pasa con la harina que, de 80 centavos pasó a costar 2,10 y así también ocurre con sus derivados como fideos, galletitas y productos de panificación”.

El comerciante remarcó que los acuerdos de precios nunca sirvieron para detener la inflación porque no se controla a sus formadores, es decir las grandes cadenas de comercialización y las empresas de rubros claves como los lácteos que lo único que hace es especular. “Esto está cada vez peor. Antes era el comerciante el que podía elegir dónde comprar, según la conveniencia y pedir descuentos. Ahora no sos dueño ni siquiera de eso y tenés que pedir por favor que te vendan, aceptando estos precios”, se lamentó.

Respecto a la merma en la venta el almacenero señaló que la gente que está acostumbrada a comprar primeras marcas no se vuelca fácilmente hacia las de menor calidad y prefiere comprar menos o directamente no comprar. “No se cómo hacen”, reconoció.

Por otra parte, y en referencia a la alternativa de acudir a los productos sueltos fraccionados, Bluotto señaló que no son una buena opción ya que “los precios no varían sustancialmente, es incómodo y hasta antihigiénico”.

También Mauro Müller, gerente del mercado concentrador El Charrúa, habló de retracción del consumo, al referirse a frutas y verduras. Reconoció que hay una merma en la demanda, a lo que se suma la incertidumbre por el desabastecimiento de combustible y el conflicto del campo. “Por la falta de combustibles algunos clientes del interior que antes venían al mercado tres veces a la semana ahora lo hacen sólo una”, explicó.

Señaló que, en general la mercadería, no falta pero que la venta decayó como en todo el rubro de la alimentación y que se está comprando “lo básico e indispensable” como la papa o la cebolla. Por otra parte indicó que, por el clima favorable, hay muy buena verdura de hoja a precios estables. En tanto se consigue a valores razonables tomate y calabaza. En frutas, el precio del citrus se ha mantenido aunque las entregas se han visto resentidas por que los citrícolas se han adherido al paro del campo.

“Es imposible que el mayorista sostenga los precios si estos fluctúan en origen. En su momento el compromiso era mantener los valores mientras los productos no aumentaran en el sector primario, por eso se acordó hacer retoques cada 20 días. Pero esto actualmente no se está cumpliendo y, con el conflicto del campo, quedó casi sin efecto”, puntualizó.

Sobre el resultado de los acuerdos de precios Müller fue categórico: “No sirven para detener la inflación, en tanto y en cuanto, no se hagan convenios con los sectores productivos”.

Originalmente los acuerdos de precios, iniciados durante la gestión de Néstor Kirchner con las principales cadenas de supermercados, servirían para marcar precios máximos a más de 230 productos de consumo masivo –con la intención de ampliarlos a 500– durante un año, con revisiones bimestrales y sujetos a la variación de los costos de producción, según las exigen empresarias. En esa oportunidad se firmaron acuerdos con la Cámara Argentina de Supermercados y se hicieron convenios con Coto, Carrefour, Auchan, Disco, Jumbo, Libertad, y Wal Mart. Pero los resultados están a la vista.

Los formadores de precios comenzaron a mostrarse en desacuerdo desde fines del año pasado y los consumidores también cuando boicotearon el tomate y la papa.

Datos parciales

Conseguir datos oficiales y periódicos sobre precios es una tarea desgastadora que sólo evidencia el descontrol y el desconcierto que está provocando la inflación en las áreas de gobierno.

El titular de Defensa del Consumidor de la Provincia, Arnaldo Gomariz señaló que su repartición “no ha efectuado controles en comercios ya que esa es una tarea de la Dirección de Seguimientos de Precios de la Provincia, a cargo de Javier Schnitman”, además aseguró que en su área no hay radicada ninguna denuncia de ciudadanos u organismos respecto a la escalada inflacionaria.

Por su parte, desde Seguimientos de Precios se aportaron datos comparativos de los meses de marzo, abril y mayo, relevados en hipermercados, supermercados, mercados y verdulerías, aunque limitados al ítem frutas y verduras, que fueron los únicos productos de la canasta básica que registraron rebajas.

El trabajo indica que los precios de la verdura y fruta en hipermercados “registró una baja promedio de 4,%, de marzo a abril, y del 24,3%, de abril a mayo”. Según los cuadros, las disminuciones más significativas fueron la de la lechuga que, de 6,89 pesos en marzo pasó a costar 3,35 (-51,4%) en el presente mes; la papa de 4,49 bajó a 2,28, es decir 49,13% menos, el zapallo amarillo de 4,49 en marzo pasó a 2,28, es decir 30,8% menos, y la cebolla de 3,88 el kilo bajó a 2,80 (-26,8%).

En tanto, en supermercados y verdulerías la baja promedio experimentada fue de 25% de marzo a abril y de 37,3% de abril mayo. En este cuadro la disminución más significativa la tuvo la papa que de 4,24 el kilo pasó a costar 1,52 (-64,1%); en tanto el tomate de 6,63 bajó a 2,61 (-60,6%); la lechuga de 5,11 pasó a 3,17 (-38%); la cebolla de 4,61 bajó a 2,31 (-37,3%) y el zapallo amarillo que, de 3 pesos pasó a costar 2,30 (-23,5%).

En el informe de dos carillas, donde se resumen “los datos oficiales de la provincia” respecto a la inflación –limitados a 10 productos del rubro verdulería– se destacó además que la diferencia de precios de mayo entre hipermercados y minoristas varió significativamente en algunos productos como el tomate, que en hipermercados se conseguía a 4,21 pesos el kilo mientras en cadenas más pequeñas valía 2,61; o la papa que de 2,28 pasaba a costar 1,52; aunque en los demás productos se registraban diferencias de pocos centavos.

Publicidad engañosa

En virtud a los mentados acuerdos celebrados con el gobierno nacional la cadena Wal Mart, según sus propios spots publicitarios, retrotrajo sus precios a enero de este año en productos de primera necesidad como azúcar, conservas de pescado, tomates triturado, vegetales, jugos concentrados, panificados, galletitas y edulcorantes, entre otros. Por su parte, Coto, a pesar de los promocionados acuerdos, aumentó los productos de la canasta básica un 27% promedio.

Un relevamiento de Equis publicado en Crítica Argentina la semana pasada estimó que en las góndolas de esta cadena se registraron aumentos del 171% en los últimos 10 meses. Entre los productos más remarcados están las frutas, los fideos, las legumbres, las harinas con aumentos que oscilan entre el 70 y el 130%. En el sector carnicería se promocionan 13 cortes populares a valores “oficiales” aunque se trata de un stocks limitados.
Equis comparó cincuenta productos alimentarios, entre julio de 2007 y mayo de este año. Entre los resultados se especifica que la canasta en el período de diez meses aumentó del 26,95%, lo que proyecta una inflación superior al 30% anual.

En los productos consumidos por gente de escasos recursos las alzas están muy por encima del promedio con porcentajes elevados como en la harina de trigo (116,8%); fideos (116,2%); porotos (110%); galletitas saladas (83,9%); lentejas (69%), arroz (59,1%); huevos (58,8%); papa (52,2%). En el caso de frutas y verduras, los incrementos rebasan los impactos de las estaciones, la mandarina aumentó 171,7%, el zapallo 70,7%, la banana 60,3%, la zanahoria 50,2%, la naranja 50%, la manzana 39%. En cuanto a las carnes, el osobuco aumentó 77,9%, 41,9% el cuadril, 21% la carne picada y 13,1% la falda con hueso. Otros incrementos notables se registraron en el dulce de batata (45,5%), el dulce de leche (36,9%), los tomates en lata (59,1%) y las mermeladas (63,4%). La leche fue uno de los pocos productos esenciales que se encarecieron muy por debajo del promedio, sólo 9,8%.

Uno de los productos más emblemáticos para demostrar la mentira de los acuerdos de precios es la papa. Según datos de Indec de la semana pasada la papa cuesta 0,88 pesos el kilo –un poco menos de lo que marca el acuerdo firmado entre el ministro de Comercio Interior, Guillermo Moreno y los supermercados de “vender el kilo de papa a 0,99 a cambio de un subsidio de 30 millones de pesos”. Sin embargo en Coto, hace dos semanas atrás, costaba 3,49 (un 52,4% más que 10 meses atrás y 252% más cara de lo que computó el Indec), según revela el weblog de Artemio López.

En Paraná, la cadena Carrefour llegó a ofrecer el kilo de papa blanca a 17 pesos el kilo. Cuando el consumidor pedía la “papa oficial” los empleados señalaban una caja con pequeños tubérculos arrugados y sucios de tierra.

Las estrategias del consumidor

Elegir segundas marcas, consumir menos, recorrer la ciudad en búsqueda de ofertas y las compras comunitarias parecen ser los atajos que los consumidores eligen para sortear la estampida inflacionaria.
Vuelven, como durante la crisis de 2001, a organizarse mercados de productos alternativos, elaboraciones caseras, intercambios de mercaderías y los productos sueltos al menudeo.

Desde Defensa del Consumidor de la Municipalidad de Paraná se instó a buscar información antes de comprar y denunciar los abusos especulativos a la oficina ubicada en 25 de Mayo 128, teléfonos 4236504 y 4211885, o llamando a la línea gratuita 0800-555-0005-5566, de 7 a 14.(RN)

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